
Yu y su familia están en el campo de refugiados de Shek Kong, en Hong Kong. Llevan allí 972 días. Yu se levanta y lo primero que hace es ver amanecer. Desde ese momento, el sol -un ser libre- lo acompaña en su lucha diaria. ¿Puede un refugiado sentir esperanza por un futuro mejor? Una novela que resalta la importancia del amor familiar en la superación de las dificultades.
A comienzos de los años 90, Yu es un niño vietnamita que lleva tres años refugiado en el campo de Shek Kong, en Hong Kong, con su familia. La novela nos muestra un simple día de su vida, el 927, entre la esperanza del futuro, la precariedad del presente y la irresistible energía que le domina, pues pese a todo, Yu no deja de ser un niño capaz de correr y reír, un niño que cada mañana se levanta antes que nadie para ver salir el sol y comprobar como extiende las alas de su libertad por encima de las alambradas del campo. La realidad de los niños refugiados a causa de guerras y otros conflictos sigue siendo hoy intensa y dramática.
Me ha parecido un libro muy interesante y didáctico, ya que me ha dado a pensar las cosas que tengo y no valoro cómo son. Este es el segundo libro que me leo de Jordi, y sin duda el siguiente espero que sea del mismo autor.
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